Ya llego la batalla 2012

LA BATALLA DE LAS IZQUIERDAS PARA EL 2012 El 2012 ya empezó. Apena se vislumbra la posibilidad de un cambio político cuya necesidad es vital para la nación. En este momento aparentemente el pronóstico favorece al PRI. Se trataría de la restauración del antiguo poder. Ante la desilusión y la desesperanza el pueblo se inclinaría de nuevo. Visión lúgubre. Significa la continuidad de un proyecto de modernización que hoy es sólo oscura realidad. La continuidad de una política económica y social, del neoliberalismo, de la inserción subordinada al proceso de globalización con predominio del nuevo capital financiero.Es un camino a la tragedia. Ese modelo está dominado por un poder depredador. No es sustentable. Conduce al ya evidente desgarramiento del tejido social, y también a la depredación de la naturaleza. Los síntomas son muy claros: el desempleo masivo, la expansión de la economía informal, la cada vez más difícil y riesgosa emigración, la falta de expectativas de desarrollo de los jóvenes, sin posibilidades de un empleo bien remunerado aún para una gran parte de los pocos que tienen acceso a estudios técnicos y profesionales, millones de ninis, y como salida increscendo su incorporación a organizaciones empresariales delictivas (OED). En relación con la precaria situación económica, tenemos el creciente poder de las OED, la extensión y profundización de la inseguridad, manifiesta en crímenes pavorosos que se repiten por todo el territorio nacional. La continuidad del modelo económico neoliberal, que se basa en el fundamentalismo del mercado , y que da forma y contenido al capitalismo salvaje, significa seguir empujando ese proceso de destrucción social, por el camino de la tragedia que ya se siente. El triunfo del PRI no garantizaría otra cosa. El PAN también significa ese continuismo. El PAN ha generado la desilusión que hoy favorece al PRI, precisamente por haber continuado por el camino de la tragedia. La desilusión se ha generado especialmente en quienes pensaron el año 2000 que con la alternancia, el PAN llevaría al país a un verdadero cambio político y económico. No fue así. No solo dio continuidad al modelo que implantó el PRI desde los ochenta, sino que imitó los rasgos más negativos del antiguo régimen: la corrupción, con más ineficacia reprodujo el patrimonialismo sobre la administración pública y los recursos del estado, se ha apoyado en el corporativismo sindical que le sea afín y utilizable para hacer fraudes electorales. El gobierno panista dio un empujón más al país hacia la tragedia. Ante esta situación lo que procede es un cambio de rumbo, hacia la izquierda. Hacia el desarrollo de los derechos de los trabajadores y del pueblo, en sentido contrario a la concentración del poder y de los privilegios de los gobernantes y de los capitalistas, especialmente de las grandes corporaciones y del nuevo capital financiero. Si no hay esperanza en ese cambio, entonces se conjuntan desilusión y desesperanza , y avanzará la nefasta restauración del poder priísta, para que todo vaya como va. Debemos reconocer que el Partido de la Revolución Democrática ha dado pie a la desesperanza. Carece de un diagnóstico objetivo de la situación del país, que está inserto de manera subordinada a la globalización capitalista con predominio del nuevo capital financiero. En consecuencia con esa falta de diagnóstico no ha planteado la necesidad ni la viabilidad de un verdadero modelo de alternativa. En estados y municipios donde el PRD ha sido gobierno no ha contribuido a construir en los hechos la alternativa, al contrario se ha alineado al modelo dominante y ha repetido vicios de corrupción, patrimonialismo y clientelismo, que caracterizan al grupo que domina al estado (PAN y PRI). En el 2006, Andrés Manuel López Obrador logró un gran triunfo de la izquierda, enfrentando con éxito a una gran conjunción de fuerzas que se le enfrentaron: el gobierno en turno, los llamados poderes fácticos, organismos empresariales, iglesias, sindicatos corporativos, medios monopolizados, etc.